LA INSTALACION

Pensando e intercambiando ideas con docentes, colegas, escenógrafos... sobre cómo diseñar el espacio instalativo llegué a una idea. Siempre pensé en la intimidad como una palabra que define ese espacio. Luego de los intercambios apareció el concepto de refugio, escondite que complementa y le da idenditad a ese tipo de intimidad a la que me refiero, y que se vincula con la infancia. Lugares que recordamos, donde íbamos a repararnos de algun miedo, donde nada podía afectarnos. Esto devuelve sentido al primer nombre de la instalación Todo va a estar bien, el cual (por ahora) sigue siendo el que más sentido tiene, más aún con esta propuesta.

Algunas imagenes que ilustran cómo quisiera resolver el espacio de interacción, dejando atrás el render presentado algunos meses atrás, para darle un poco más de sentido e identidad en realción al proyecto, y que creo acompaña mejor la propuesta del dispositivo diseñado, al mismo tiempo que (creo) puede predisponer mucho mejor al visitante, a la hora contar su recuerdo y contectarlo con su propia memoria emotiva.

Así se vería desde afuera, idealmente en esta escala. Probablemente esta contra una pared o esquina, de modo que me facilite la intalación del dispositivo oculto y la pantalla. El textil que genera este cilindro podría no ser uniforme en colores.. Me gustaría que mientras haya un interactor dentro haya algo por fuera , una señalética lumínica que se modifique. No sé si lo lograré pero es una idea que me interesa.




El ingreso me lo imagino rodeado de telas, de modo que el interactor deba agacharse, como buscando el hueco para ingresar, es decir que no esté vacío en el centro, sino que al igual que el interior de un placard, haya telas que cuelguen (no es laberítico, esta imagen simplemente ilustra la altura de las telas del interior de la primera imagen)



La situación de reposo del interactor creo que debería ser así, en una gran esfera confortable, que le genere contención, donde solo quede iluminado por la pantalla de tubo. El tamaño también me lo imagino gigante, de modo que se sienta pequeño dentro del espacio/escondite.



Quizás esta sea la textura que más me gusta para recubrir la esfera gigante donde se dispone quien visita la instalación. No solo porque es más cálido visualmente ya que el trabajo manual siempre le da otro peso a la materialidad, sino además porque el tejido tiene algo de vínculo con lo maternal, con las abuelas, con lo artesanal, con la manualidad hogareña que cobija y proteje.



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